Publicado por René Chavarría Agosto '21
En el actual contexto de constante transformación, tener una visión a largo plazo del negocio es un requisito indispensable para prácticamente cualquier área de una empresa. Desarrollar un pensamiento estratégico y anticiparse a los eventos para resguardar la salud financiera de la empresa son, sin duda, dos de las claves a seguir.
Existen muchas buenas práctica para llevar una gestión financiera optima en tu negocio, en esta ocasión hablaremos de una metodología llamada “Profintelligence”, que propone el orden y la estructura como factores directos llevar a “buen puerto” las responsabilidades financieras de cualquier empresa, así como la disciplina y confianza, como factores implícitos impulsores de los logros de la compañía.
Asumiendo que tenemos una gran idea de negocio, con mucho potencial en el mercado, que operacionalmente funciona, ¿Cuáles son los puntos en los que deberías poner especial atención?
El primer Consejo, no tan obvio, es el ORDEN. Vivir organizadamente facilita muchas tareas y nos permite incluso automatizar algunas. Por ejemplo, regularmente la tesorería está controlada en estas empresas en etapa temprana por el director general (CEO) o por alguno de los fundadores de la compañía, él o ellos son quienes realizan los pagos… un día sí y otro también.
Si establecemos por ejemplo, sólo los viernes para el pago a proveedores, el CEO podrá organizar mejor su tiempo y por ende dedicar tiempo, donde (él o ella) generan más valor, es decir en HACER NEGOCIO.
La ESTRUCTURA, traducir los esfuerzos operativos en información financiera requiere de una metodología que delimite quien hace qué, cuando se hace y para qué se hace.
En estas etapas tempranas, delimitar nuestros límites y alcances, los factores críticos de riesgo, los responsables, los costos asociados y las prioridades de atención, resultan fundamentales para el éxito del emprendimiento... la idea es establecer para cada uno de ellos un camino numérico bien estructurado que les permita pasar del punto A al punto B en línea recta. Lo anterior permitirá a los emprendedores a alcanzar sus objetivos en un período de tiempo más corto.
La DISCIPLINA, sin ella… se genera caos, confusión y no hay lugar para el ORDEN, lo que nos desviaría automáticamente del objetivo que queremos conseguir. Ser disciplinado en términos de entrega de información, estados financieros, reportes al Consejo o incluso envío de información al SAT, puede repercutir monetariamente en la empresa.
Conseguir las 3 anteriores: orden, estructura y disciplina, nos permitirá generar CONFIANZA en nuestros inversionistas, clientes, proveedores e incluso, en las mismas entidades reguladoras. Si dentro de los 10 primeros días del mes tienes acceso a tus estados financieros, si siempre envías la información financiera una semana antes de la Junta de Consejo, si siempre les pagas a tus proveedores en la fecha acordada, se generará intrínsecamente confianza, un área financiera sin confianza… simplemente no existe.
Tú, como tomador de decisiones, y de nuevo con base en mi experiencia, te invito a que consideres la siguiente metodología como guía para la consecución de tus objetivos financieros.
Profintelligence es una metodología progresiva que permite a través de la consecución de cada etapa el acenso asertivo hacia el siguiente objetivo.
1. Contabilidad. Es la piedra angular de la información financiera. De la calidad y el tiempo de los registros, dependerá la solidez de la presentación numérica del negocio e informará de forma más precisa la situación económica de la empresa.
2. Fiscal. “La pesadilla” del 90% de los emprendedores. Precisamente es por esto por lo que el modelo sugiere que sean etapas consecutivas, es decir, si tu contabilidad está bien… podrás, dentro del marco legal, tomar decisiones que te permitan, en muchos casos, disminuir tu carga fiscal. Por ejemplo, ¿sabías que los gastos que haces en el extranjero pueden disminuir tu carga impositiva?; ¿haces deducible hasta los artículos de limpieza que se consumen para la oficina?
3. Planeación y Control. Si proyectas los resultados que se deben esperar desde tus datos históricos y/o desde tu experiencia con el modelo de negocio. No con números “alegres”, no tomando un porcentaje de la participación de mercado sin haber probado el negocio y/o por lo menos haber piloteado el mismo con un MVP (Minimum Viable Product), si desde la realidad, con la conciencia de haber hecho un estudio de factibilidad y de aceptación de mercado, sin caer en apasionamientos. Con mediciones de calidad que permitan situar al negocio en su “aquí y ahora”, un presupuesto 12 meses inamovible para medir numéricamente… el cómo veíamos la “foto” al inicio del ejercicio y cómo terminaron nuestras proyecciones a poteriori. Con “forecasts” trimestrales que te permitan la corrección del rumbo, en caso de ser necesario, analizando post mortem todos los factores críticos del negocio y tomando las medidas necesarias para evitar, en la medida de lo posible, los errores anteriores… es cómo evolucionará el negocio. Recuerda que lo que no se puede medir, es más difícil de corregir.
4. Valuación del negocio. Los propietarios deben tener una idea "justa" y real del valor de su empresa... no locas ilusiones. Si los tres puntos anteriores han sido vigilados y hemos maximizado los resultados de cada punto anterior, es mucho más factible tener el acceso a la información para tener una valoración acorde a la realidad del negocio.
5. Maximización de la utilidad, levantamiento de capital u obtención de créditos. Derivado de la consecución de los cuatro puntos anteriores, el camino hacia el éxito financiero de la empresa estará libre siendo financieramente trazado desde nuestra “trinchera de finanzas”.
Sea cual sea la etapa en donde te encuentres, adoptar esta metodología te permitirá llevar una mejor gestión financiera de tu negocio.
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Publicado por René Chavarría Agosto '21